La clave para ser un buen músico no siempre está en las horas que dedicamos a ensayar, si no en hacer que cada segundo cuente, que cada minuto logremos sacar el cien por cien de productividad a cada nota que tocamos y dar mayor importancia a la calidad frente a la cantidad. Pero claro, ….Ahora me diréis, ¿Y cómo se hace eso?

¡La pregunta del millón!

Pues bien, aunque no hay una receta mágica, hoy queremos compartir con vosotros cinco formas que os permitirán exprimir al máximo cada clase y que ha publicado la web musical Strings. No os perdáis ningún detalle porque seguro que os ayudarán a mejorar vuestra habilidad con las cuerdas:

1. ¿Qué falla?

Lo primero a la hora de intentar mejorar en cualquier campo de nuestras vidas es identificar qué falla actualmente, por qué no estamos obteniendo los resultados esperados. Una vez lo tengamos claro, podremos pasar al siguiente nivel y encontrar una solución.

2. ¡Divide y vencerás!

Muchas veces desconocemos la diferencia entre tocar y practicar, por eso es importante que – sobretodo al principio – desgranemos cada una de las piezas musicales que vamos a tocar para mejorar nuestra habilidad; es decir, debemos trabajar bits concretos de la canción y, una vez los hayamos practicado, tocar la pieza completa para ver en qué nos equivocamos.

3. Establece objetivos claros:

Tenemos que fijar metas razonables en cada sesión, una buena forma para lograr visualizar el progreso de nuestro aprendizaje a lo largo del tiempo y detectar aquellas trabas que podamos encontrar en el camino a nivel musical. La mejor forma de llevar esto a cabo es dividir el tiempo de nuestra práctica por objetivos específicos, invirtiendo en cada uno de ellos entre 5 y 30 minutos en función de su dificultad. De esta manera evitaremos que  se nos atragante alguna parte del aprendizaje.

4. Si algo no funciona, ¡Cambia de estrategia!

Es importante recordar que el aprendizaje tiene un ritmo decreciente, por lo que si nos atrancamos en un punto no debemos darle más de tres intentos. Si a la tercera no sale, lo ideal es que cambiemos el enfoque de nuestra técnica y probemos algo nuevo: tocar con una mano, experimenta con el ritmo, … Porque en música, no sólo hay un camino para conseguir nuestra meta.

5. Mantén el enfoque: 

Generalmente, la mayoría de los problemas musicales encajan en tres categorías: el ritmo, la entonación y el sonido. Para mejorar estos aspectos, cada categoría tiene unos ejercicios determinados. Es importante que nos centremos en sólo uno de estos campos cuando queramos mejorar algún punto débil. Por ejemplo, si tenemos problemas con el ritmo, lo ideal es dedicar la sesión a mejorarla. De lo contrario, dividiremos nuestra atención y posiblemente no consigamos nuestro propósito, mejorar el ritmo. Y es que como dice el dicho….»El que mucho abarca, poco aprieta».

Os animamos a que cada día, en vuestras clases de violín o viola, analicéis estos puntos para seguir mejorando y ayudar a los más peques a crecer como artistas.  Nosotros os guiaremos para hacerlo todavía más fácil.

¡Feliz Semana!